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LA FEMINIZACIÓN COMO EL FUTURO DE LA MEDICINA EN MÉXICO

  • Foto del escritor: Ximena Leonor Magallán Ramón
    Ximena Leonor Magallán Ramón
  • 7 may
  • 9 Min. de lectura


MEDICINA Y MUJERES, Collage. E. (2024).





Hablar sobre el papel que han ocupado las mujeres en la medicina es complejo. Al realizar una breve investigación sobre casos que pudieran ejemplificar los métodos y entornos sociales en que mujeres mexicanas ejercían o ejercen la medicina.




No es ningún secreto que el estudio de la medicina ha sido fundamental para la supervivencia y el desarrollo humano. Sin embargo, es un campo de difícil acceso para aquellas mujeres que buscan penetrar en las áreas de la práctica clínica y la investigación. 


Este texto tiene por objetivo analizar la posición de las mujeres en la medicina en México, buscando demostrar que su contribución ha sido indispensable para un progreso significativo; desde proporcionar un enfoque único relacionado con mejorar el sistema de salud a través de la sensibilización de sus prácticas, hasta tomar las riendas para enmendar investigaciones clínicas como consecuencia de los deficientes descubrimientos y conocimientos que anteriormente se promovía respecto al género femenino, tomando como base el concepto de feminización y la importancia del mismo para la medicina actual.


Antecedentes históricos de las mujeres en la medicina en México

 

Hablar sobre el papel que han ocupado las mujeres en la medicina es complejo. Al realizar una breve investigación sobre casos que pudieran ejemplificar los métodos y entornos sociales en que mujeres mexicanas ejercían o ejercen la medicina, resulta alarmante que en muchos de éstos se incurrió en la informalidad, incluso, en la ilegalidad.


         Considerando el ejercicio de las mujeres en la medicina en México, o dentro de lo que fue su territorio, se tomaron como referencia tres actividades en las que se desempeñaron históricamente las mujeres, demostrando  que sus contribuciones han existido y persistido a lo largo del tiempo, y en el impacto que tienen hoy en día.




Las parteras eran respetadas por llevar a cabo la labor de recibir una nueva vida, además de mantener el bienestar de las madres.



En este sentido, es pertinente mencionar una de las profesiones más antiguas de la humanidad: la partería. En México se trata de una labor ancestral que se ha transmitido de generación en generación y que se remonta a la época prehispánica, en donde los mexicas consideraban que el embarazo era producto de la fuerte relación de la tierra con el ser humano: “la fertilidad de la tierra se relacionaba con la fertilidad humana, pues la fecundación y germinación de los productos alimenticios se consideraban equivalentes a la fecundación de la matriz femenina y el nacimiento de un ser humano” (Ortiz, B., 2018, p. 39).


Las parteras eran respetadas por llevar a cabo la labor de recibir una nueva vida, además de mantener el bienestar de las madres. Esta percepción cultural cambiaría con la llegada de los españoles y la religión católica, la cual catalogaba al embarazo y el parto como una enfermedad, así como una práctica de poca higiene (Ortiz, 2018). 


Aunado a lo anterior, la partería se convirtió en una actividad de mal gusto que con el paso del tiempo se estigmatizó con tabúes que siguen vigentes hasta nuestros días; por ejemplo, que es propensa a infecciones, las cuales pueden ser evitadas mediante la intervención quirúrgica, pues puede culminar con la muerte del bebé o de la propia madre.


En México aún se conserva esta tradición, principalmente en comunidades indígenas al sur del país, localizadas en estados como Oaxaca, Chiapas o Guerrero. No obstante, mujeres de otras localidades han mostrado interés en llevar a cabo sus partos en casa a cargo de una partera como consecuencia de las violencias de las que miles de mujeres han sido víctimas en hospitales.


Sin embargo, la partería no es la única actividad médica que se realizaba durante el Imperio mexica y la época colonial. Tanto hombres como mujeres practicaban medicina tradicional en conjunto con remedios naturistas elaborados a base de plantas, hierbas, flores.

Esta forma de diagnosticar y tratar a los enfermos no era considerada efectiva por los españoles, quienes, tras la instauración del Imperio español en el territorio, fueron eliminando y castigando, progresivamente, a aquellos que llevaban a cabo estas especies de rituales.




Es relevante mencionar el porfiriato y su culminación como una época de grandes avances para las mujeres en la medicina desde dos perspectivas diferentes.



Las mujeres eran las víctimas más afectadas de esta persecución. No se enfrentaban únicamente a las creencias de los españoles sobre cómo llevar a cabo la medicina, también comenzaban a imponerse roles de género que les impedían gozar de plena libertad para dedicarse a actividades ajenas al hogar o las artesanías. Así mismo, las mujeres no entraban a las universidades. Sin embargo, este obstáculo no les impedía adquirir conocimiento sobre oraciones, conjuros y las propiedades de la herbolaria que guardaban para sí,  aunque sabían que este conocimiento podría acarrearles la persecución. (Ortiz, 2018).


Finalmente, es relevante mencionar el porfiriato y su culminación como una época de grandes avances para las mujeres en la medicina desde dos perspectivas diferentes.


Por un lado, tenemos a Matilde Montoya Lafragua, la primera mujer en graduarse de la Escuela Nacional de Medicina en la Ciudad de México en el año de 1887, que contó con el apoyo del presidente Porfirio Díaz para obtener su título y llevar a cabo su examen profesional.


         Previo a este hecho —que marcó un antes y un después en la historia de la medicina en México—, Matilde fue discriminada durante toda su carrera; inicialmente no fue admitida, se le negaba constantemente el acceso a diferentes asignaturas y se le rechazaba por ser mujer en una carrera para hombres.


         Posteriormente, Las Adelitas fueron un grupo de mujeres que seguían a los soldados de la Revolución Mexicana para luchar a favor de la destitución de Porfirio Díaz. Una de sus formas de apoyo fue la contribución como enfermeras, otorgando apoyo médico durante las batallas y cuidando a los heridos.


         Recibieron ese nombre por Adela Velarde Pérez, considerada como la primera Adelita. Desde su adolescencia se incorporó a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca como enfermera y así, igual que a cientos de mujeres, al término de la Revolución, su historia fue ignorada por varios años. Muchas de ellas decidieron vivir en el anonimato, pues la sociedad decidió que sus aportaciones no eran de gran valor para ser contadas.


         El objetivo de mencionar cada uno de estos sucesos es demostrar que las mujeres siempre han estado presentes y dispuestas a ejercer la medicina y que a pesar de ello eran juzgadas y perseguidas por sus métodos. Irónicamente, al mismo tiempo no se les permitía  estudiar o explorar estos campos por motivos relacionados a su género.


La feminización de la medicina en México 


La feminización se puede entender como el proceso mediante el cual una actividad que antes era ejecutada únicamente por hombres comienza a presenciar cambios en su estructura y construcción como consecuencia de la incorporación de un número prominente de mujeres. Es importante aclarar que la feminización no se reduce a un espacio, hecho o actividad en concreto; puede presentarse en una licenciatura, un empleo, un deporte, entre otros.


Ahora bien, la feminización de la medicina se refiere al predominio de las mujeres en los centros de enseñanza de medicina alrededor del mundo y de los hospitales o centros de salud. Su implementación es la responsable de un cambio trascendental no sólo para la medicina, sino para la sociedad misma. De acuerdo con un estudio realizado por México, ¿cómo vamos? en 2022, las mujeres representaban aproximadamente el 67 % de las personas ocupadas en el sector salud, lo que es similar al 70 % de la matrícula en diferentes universidades, como la Universidad Nacional Autónoma de México.




La feminización no sugiere sustituir el papel de los hombres. Es erróneo excluir a alguno de los sexos en un campo como la medicina.



A pesar de su notable presencia en el área clínica, las mujeres se siguen enfrentando a estereotipos y desigualdades al desempeñar sus labores. Un ejemplo de esto es la brecha salarial. De acuerdo con DataMéxico, la fuerza laboral de ocupación de médicos especialistas en el cuarto trimestre del 2023 correspondía a 37.4 % de hombres y 62.6 % de mujeres. Lo interesante es que el salario promedio de los hombres rondaba $ 8.17k  MXN, mientras que el de las mujeres correspondía a $ 5.71k  MXN.


Es un hecho incuestionable que a las mujeres se les exige más pero se les paga menos. No sólo tienen que ocuparse de sus actividades laborales, ya sean de clínica práctica o investigación, sino que el sistema les exige responsabilizarse en el hogar y la crianza de los hijos. Estas imposiciones son notorias desde el momento en que se les exige a las mujeres decidir entre su carrera y sus hijos, no permitiéndoles ejercer su profesión y maternidad libremente.  


Al mismo tiempo, las mujeres ocupan un espacio que siempre merecieron y en el cual ponen su empeño todos los días para ampliarlo, ya que es fruto del trabajo de todas las mujeres que, a pesar de ser silenciadas, nunca se quedaron con los brazos cruzados, que se escondieron para seguir aprendiendo, que se levantaron en armas contra un gobierno autoritario y curaron heridos, mujeres fuertes que demostraron tenacidad y valentía ante un sistema que las quería apelando únicamente a su beneficio propio. 


Conclusiones


La feminización no sugiere sustituir el papel de los hombres. Es erróneo excluir a alguno de los sexos en un campo como la medicina. La presencia de las mujeres va más allá de un número; se trata de su colaboración para ampliar el panorama y alcance de la medicina, no sólo en México, sino en el mundo.


La importancia de este término para la medicina recae en que cada vez un mayor número de mujeres se prepara para ejercerla; están cada vez más cerca de ser quienes dirijan y tomen decisiones importantes para este campo. El mismo género que con anterioridad fue cuestionado, subestimado e ignorado, hoy se prepara para transformar un sistema de salud que durante siglos lo reprimió y decidió cuales debían ser sus necesidades. 


Actualmente en México y, de acuerdo con el estudio “Empleo en el sector salud: Brechas y Oportunidades” de Grupo Sohin, 7 de cada 10 personas ocupadas en el sector salud son mujeres, pero sólo el 6 % se encuentra en cargos directivos. Sin embargo, que las mujeres sean quienes ocupen mayor porcentaje en las aulas permite establecer un nuevo panorama para la dirección de la medicina y el sector salud en México, pues conforman la futura generación que estará facultada para ocupar dichos cargos. 




Aunque la medicina ha explorado el cuerpo humano desde sus inicios, aún queda mucho por descubrir. Tristemente, la mayoría de avances que se tiene sobre el sexo femenino se remonta a las últimas décadas.



Una de las problemáticas que resalta la ausencia de mujeres y la incapacidad del sistema de salud es el ineficiente alcance que ha tenido respecto a ellas. No es coincidencia que a medida que las mujeres se han integrado  al área clínica, se ha adquiridoconocimiento de diversos padecimientos a los que pueden enfentrarse mujeres cisgénero o personas gestantes, como la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico. Al mismo tiempo, se han enriquecido otros estudios que buscan nuevas alternativas de tratamiento menos invasivas para atender estos padecimientos o condiciones que se presentan con la edad, como es el caso de la menopausia. 


Analizar quiénes componen la fuerza laboral y académica de la medicina permite establecer nuevas direcciones que al mismo tiempo propongan soluciones a problemáticas que afectan a todos los seres humanos. Las condiciones ambientales y sociales están en constante cambio, lo que demanda que se realicen nuevas investigaciones o se actualicen las ya existentes, comprometiendo  a mujeres y hombres por igual. 


La feminización de la medicina permite replantear el sistema de salud íntegramente, cuestionar sus prácticas para mejorarlas y hacerlas más accesibles a la población. La necesidad de expandir y modificar las opciones de tratamiento nace de la exigencia de poder ofrecer diferentes métodos capaces de adaptarse a las necesidades particulares de cada paciente, así como a sus preferencias y convicciones. 


Finalmente, es importante recordar que tanto mujeres como hombres son indispensables para la propagación de la vida humana y que la medicina debe ser capaz de dar atención a cuerpos que, por más similitudes que tengan, se enfrentan a cuestiones biológicas diferentes. Es inútil negar que un hombre pueda sufrir cáncer cervicouterino, así como una mujer cáncer de próstata, pero poder darle la misma atención y oportunidad a ambos sexos es una de las formas más eficientes de garantizar la calidad de vida.


Aunque la medicina ha explorado el cuerpo humano desde sus inicios, aún queda mucho por descubrir. Tristemente, la mayoría de avances que se tiene sobre el sexo femenino se remonta a las últimas décadas y, como puede observarse en el contenido del artículo, esto no es ninguna coincidencia. 


Las mujeres deben ser las responsables de decidir cuáles son los elementos de estudio sobres sus cuerpos, porque son ellas quienes lo viven todos los días. La feminización de la medicina es, finalmente, el nombre que se le otorga a una lucha que considera a todas las mujeres cis género que anteriormente no tuvieron la oportunidad de explorar, estudiar y tratar la medicina de forma libre.




BIBLIOGRAFÍA


  • Ortiz Coss, B. (2018). Partería en la Nueva España del siglo XVI al XVIII: influencias de la práctica europea. Zacatecas, México:Universidad Autónoma de Zacatecas.

  • Rosas, P. (Noviembre, 2022). Revolución mexicana: quién fue Adela Velarde, la mujer que dio nombre a las mujeres conocidas como “adelitas”. BBC News. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-63669329.

  • Rodríguez de Romo, A. C., & Castañeda López, G. (2015). Inicio de las mujeres en la medicina mexicana. Revista de la Facultad de Medicina (México), 58(2), pp. 36-40.

  • El sector salud: un ambiente disparejo para las mujeres. (2022). México, ¿Cómo vamos?

  • Llanes, R. & Plá, C. (Marzo 2024). El riesgo de ejercer la partería en México: entre la invisibilidad, la estigmatización y una regulación excluyente. Animal Político. Recuperado de:https://animalpolitico.com/genero-y-diversidad/riesgos-parteria-mexico-estigma-leyes-excluyentes.




Ximena Leonor Magallán Ramón es estudiante de octavo semestre en Ciencias Políticas y Administración Pública en FES Acatlán. Le interesan los estudios de género, el feminismo, la política digital y los movimientos sociales. Aspira a impulsar políticas públicas con perspectiva de género y promover la participación ciudadana en contextos digitales.






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