LAS REDES SOCIODIGITALES COMO CREADORAS DE UNA SUBJETIVIDAD
- José María Moisés Viveros
- 25 jun
- 9 Min. de lectura
Actualizado: hace 18 horas

FOUCAULT y REDES, Collage. E (2025)
Se le reconoce a Foucault como uno de los autores que con más empeño indagó en las prácticas disciplinarias, sus conclusiones no son el resultado de un mero trabajo de teorización, sino que las construye a partir de uno meticuloso de historiador.
Foucault, un acercamiento
En sus desarrollos sobre el poder disciplinario estudia los procesos de constitución del individualismo moderno y cómo paralelamente se constituyen y desarrollan también las ciencias humanas. El concerniente sobre las prácticas disciplinarias puede entenderse como una investigación acerca de la génesis del individuo, la formación de un sujeto específico: el individuo del liberalismo.
Si bien, se le reconoce a Foucault como uno de los autores que con más empeño indagó en las prácticas disciplinarias, sus conclusiones no son el resultado de un mero trabajo de teorización, sino que las construye a partir de uno meticuloso de historiador. Las prisiones, las escuelas, los hospitales y las fábricas son algunas de las instituciones en las que se concentró para su estudio desde el punto de vista de la constitución y de la evolución de sus prácticas, de sus reglamentos, de sus procedimientos y de sus efectos. Sus resultados en este ámbito componen clarísimas ilustraciones de cómo funciona el poder normalizador y cuál es la naturaleza de las relaciones poder/saber.
Clara muestra de lo anterior se lee en el inicio de la obra Vigilar y Castigar, pues comienza con un suplicio en el que se ejemplifica una forma de ejercicio de poder visible que actúa violentamente sobre el cuerpo del ajusticiado que será atormentado, marcado y descuartizado. De modo que presenta al suplicio como un ritual político en que se pone de manifiesto el despliegue de poder absoluto del soberano para la satisfacción y efectos de sus fines mientras presenta el espectáculo del castigo ejemplar y advierte a los testigos el alcance de su voluntad. Así, Foucault caracteriza estos eventos como ejecuciones del poder punitivo que descansa sobre un arte cuantitativo del sufrimiento, pues marcarán el cuerpo del condenado y permitirán la resonancia de la justicia.
En contraste, el ritual suplicante implicaba un castigo al cuerpo del prisionero, es decir, existía una implementación de la disciplina; sin embargo, a partir del siglo XVIII hubo un descubrimiento de nuevas técnicas que permiten un control sumamente detallado y minucioso del cuerpo. Foucault las denomina disciplinas y, aunque están disfrazadas de docilidad, están inmersas en los reglamentos militares, escolares y hospitalarios. Éstas basan su control del individuo mediante una vigilancia oculta, cuya mirada puede ver sin ser vista. De tal forma que bajo esta premisa la infraestructura evolucionó, se construyeron edificios que impedían la vista hacia dentro cuya única función era permear un control desde el interior. Entre ellos se encuentra el hospital-edificio como un mero instrumento del accionar médico o la escuela-edificio como maquinación pedagógica. (Foucault, 2009)
La forma perfecta de materializar estos instrumentos es mediante la idealización y la construcción del panoptismo, puesto que es el diseño por excelencia para el ejercicio de la vigilancia y la disciplina.
Por su lado, por lo que respecta al castigo disciplinario que sustituye al castigo del cuerpo, éste requiere de instrumentos simples para poder accionarse, a continuación se mencionan los más relevantes:
Los sistemas disciplinarios necesitan de alguna clase de mecanismo penal como sus propias leyes o normativa de sanciones.
La disciplina busca castigar la desviación de los individuos, así están condicionados a ejercer un respeto hacia un orden artificial como lo es un reglamento o un orden natural definido por la observación de los procesos naturales de los individuos.
El carácter del castigo disciplinario es meramente correctivo.
Todas las conductas y las cualidades se califican a partir de los ideales del bien y del mal y sobre ello se puede establecer una cuantificación. De esta forma se califica al individuo mismo y no a sus acciones.
Mediante el ejercicio de premiar y sancionar se permite establecer con exactitud el rango de cada individuo de modo que la disciplina es capaz de premiar simplemente concediendo ascensos y de castigar degradando.
Por tanto, el castigo del poder disciplinario no tiende a la expiación sino a la normalización del individuo.

FOUC, Collage, E. (2025).
La forma perfecta de materializar estos instrumentos es mediante la idealización y la construcción del panoptismo, puesto que es el diseño por excelencia para el ejercicio de la vigilancia y la disciplina. Dicha estructura suponía una disposición circular de las celdas en torno a un punto central, sin comunicación entre ellas y pudiendo ser el recluso observado desde el exterior. En el centro de la estructura se alzaría una torre de vigilancia donde una única persona podía visualizar todas las celdas sin permitir la vista hacia el interior de la estructura, siendo capaz de controlar el comportamiento de todos los reclusos. Éstos, sin embargo, nunca eran conscientes de si eran vigilados o no debido al mecanismo de opacidad de la torre de control, sin conocimiento de la ubicación o acciones del vigilante. Así, el recluso permanece vigilado a cada momento, de modo que se habilita el control de su comportamiento con el fin de no ser castigado. Esta estructura permite la capacidad de aumentar la cantidad de vigilados sin la necesidad de incrementar el número de vigilantes, así como abre la posibilidad preventiva de actuar antes de que las faltas se realicen.
Subjetividad desde Foucault
Para continuar con la exposición es necesario precisar lo que se entiende por subjetividad. Ésta, por ejemplo, opera como una apropiación de la cultura o como la forma en que se presentan en un sujeto creencias, ideologías colectivas, formas de pensar y actuar que lo conducen a concluir con certeza sus saberes, autorizándole modos de estar en el mundo. No obstante, es necesario reconocer una sutileza: el sujeto tienen como condición de existencia el orden histórico-social, pero su psique impulsa creación radical de significaciones (representaciones, afectos y deseos), que enlazadas con las significaciones imaginarias sociales, constituyen la realidad que se da a sí mismo (subjetividad), para encontrar un lugar y reconocimiento en el mundo. De tal suerte, se entiende por subjetividad el proceso en el que el sujeto se constituye y modela. Es decir, no se comulga con la idea de que el sujeto está determinado por estructuras que le preceden (sociales, políticas, económicas), sino que éstas fungen únicamente como su soporte.
Así pues, el término de subjetivación pone énfasis en el proceso de constitución y modelamiento, por lo que se considera al sujeto un devenir y no un producto. Dicho en otras palabras, el sujeto no es una esencia ni una sustancia invariable y universal; sino la forma en la que se configura en un lugar y en una época histórica determinada, donde desarrolla un sentido para sí a partir de las experiencias que vive. En este sentido, la experiencia es una afección del sujeto en relación con un acontecimiento y una ficción que se "fabrica para uno mismo" para darse sentido. Este es un campo de fuerzas heterogéneas tanto de orden psíquico de carácter interno (deseos, fantasías, experiencias, anhelos, identificaciones, temores, etcétera) como histórico-social que representa los elementos externos (económicas, políticas, discursivas, sociales, culturales, etcétera), ante las cuales el sujeto crea, delinea una intelección y se otorga sentido en relación con los otros. De modo que la excepcionalidad de la personalidad depende de ambos elementos.
Para ejemplificar lo anterior basta mirar una dinámica dentro de las redes sociales que ha ido en constante crecimiento, el famoso meme: imagen compuesta por chistes, información acerca de un tema en específico o simplemente ideas sinsentido que causan horas de risas y sonrisas; un producto de consumo tan normal y habitual en la vida diaria que escapa a su análisis como fenómeno, a pesar de su incremento tangible en los últimos años. En éste se encuentra un dispositivo que reformula la identidad, la historia y la vida misma, pues actualmente es la piedra angular de la subjetividad de los jóvenes modernos, para quienes ya sería imposible imaginar una vida sin el mismo.
Ahora bien, es necesario replantear los cuestionamientos acerca de la subjetividad con miras hacia un nuevo objetivo, uno enfocado en las nuevas generaciones, ya que ya no cabe la pregunta o la sorpresa sobre por qué las nuevas generaciones se presentan de formas tan ajenas a los saberes, prácticas, placeres y certezas de las generaciones pasadas; por el contrario, conviene preguntarse qué condiciones de socialización circundan a las nuevas generaciones para permitir que el cinismo, la apatía, el vacío y el sinsentido gobiernen una buena parte de la sociedad moderna juvenil, lo que produzca que en lugar de alentar sus potencias en la crítica, refugiarse en el arte o en ideas de libertad, consuman sus vidas en un conformismo muy profundo.
Esta subjetividad erigida gracias a las redes sociales implica, entre otras cosas, el condicionamiento y desarrollo de gustos, intereses, experiencias, deseos, ideas y capacidades de cada sujeto; la adopción de esquemas cognitivos y morales individuales y posteriormente su modificación.
Todo lo anterior entra en el juego de la gran dinámica social y altera espacios, tiempos y posibilidades de creación de los sujetos. Así, la construcción del sujeto digital está condicionada por dispositivos de socialización o de poder que convocan nuevos ideales, mismos que determinan los modos de ser y estar en el mundo. No hay nada pasivo en ese intercambio con los medios, pues acompañan toda condición humana, exaltando lo juvenil desde su construcción segregada tanto ideal, como experiencialmente. Esto la torna peligrosa, apolítica, individualista y victimista; mientras la enaltece como ideal, pues promueve atesorar la juventud, la belleza, la energía y alienta, por tanto, a rendir culto al cuerpo, a elegir expresiones de afectos, modos de vincularse y de consumo muy concretos y nocivos. Por consiguiente, actualmente se atraviesa la tendencia a minimizar el juicio de realidad, a desconocer a los otros en su radical diferencia, a desarrollar un sentimiento de omnipotencia que reclama lugar y a una exigencia que coloca a los otros en rol de siervo, de ahí el choque generacional que se expresa con mayor nitidez en los ámbitos educativos.
Redes sociales y su papel en la subjetividad
Tras lo anteriormente expuesto, finalmente se imbrica el panoptismo con el uso moderno de las redes sociales, donde dichas redes detrás de facilitar la comunicación esconden una suerte de control sobre los usuarios. Un claro ejemplo de esto es Google al solicitar información personal para la creación de una cuenta y aunque se considera un paso normal, ¿realmente hay algún motivo adicional que requiera datos personales?, ¿para qué quieren y utilizan la información personal?

REDESINTERSUBJETIVAS, Collage, E. (2025).
La respuesta a tales preguntas se suele contestar con que es para validar la identidad y para fines de seguridad; sin embargo, es posible afirmar que el motivo adicional radica en la vigilancia de los sujetos y en el control de los mismos. Quizá éste sea inconsciente y considerado por muchos como inocente, pero cuando se ingresa a una cuenta de tal empresa en otro dispositivo móvil, inmediatamente la compañía se comunica con el usuario para verificar que se trate del mismo sujeto y resulta terrorífico que la compañía esté enterada de los movimientos de la cuenta sin un previo consentimiento para operar de tal forma. De tal suerte que los usuarios como sujetos disciplinados y vigilados implícita e indirectamente no perciben esto y normalizan brindar información personal a compañías reconocidas por el simple hecho de asociar motivos de seguridad cuando en realidad es el dispositivo de poder por excelencia, lo que para Foucault es el panóptico perfecto.
Esta subjetividad erigida gracias a las redes sociales implica, entre otras cosas, el condicionamiento y desarrollo de gustos, intereses, experiencias, deseos, ideas y capacidades de cada sujeto; la adopción de esquemas cognitivos y morales individuales y posteriormente su modificación; la emancipación de normas y valores dominantes, así como el desarrollo de normas y valores propios. Hay una modificación de la memoria, la historia y el conocimiento, y a pesar de la accesibilidad a la red, los usos de ésta son sumamente distintos. Como se mencionó con anterioridad, las redes digitales permiten compartir un momento, comprender una situación o simplemente funcionan como herramienta para facilitar la vida del sujeto moderno bajo un sistema de cierto control, una subjetividad que mueve a los sujetos, un dispositivo que se ha implementado casi de manera inconsciente, la subjetividad de los sujetos es fuente de tensión entre el deseo de integrarse al mundo adulto y la voluntad de armar guiones inéditos.
Al fin y al cabo, la vida moderna presenta, por una parte, una novedosa oferta de alternativas de individualización, pero, por otra, somete a requerimientos de estandarización para amoldarse a la educación y al empleo. Así, la identidad de tantos sujetos se construye en esta bisagra que vincula, pero tensiona, el legítimo anhelo de inclusión social. Estas imágenes llenas de información a veces poco fehaciente comprenden ya la historia de cada uno, la experiencia, la forma de ver y estar en el mundo y posiblemente sea la nueva forma de controlar a los sujetos en esta reciente época digital, una suerte de control masivo mediante las redes.
BIBLIOGRAFÍA
Cassin, B. (2008). Googléame. USA: Fondo de Cultura Económica.
Foucault, M. & Garzón, A. (2017). La arqueología del saber. Siglo Veintiuno.
Foucault, M., Garzón, A. & Siglo Veintiuno Editores. (2018). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Siglo Veintiuno Editores.
José M. Moisés Viveros Sánchez es egresado de la licenciatura en Filosofía por la FFyL-UNAM, interesado en temas sobre subjetividad, redes digitales, teoría Foucaultiana y educación.
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