LA DESTRUCCIÓN DE LA ESENCIA HUMANA
- María Cristina Cardeño Gama

- hace 2 días
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El genocidio en Gaza y la impunidad de Israel

GENOD, Collage, E. (2025)
Más allá de las disputas territoriales, Israel ha recurrido a otros mecanismos para transgredir aún más líneas rojas. Uno de ellos es el genocidio.
Culturalmente, las líneas rojas marcan un límite que no debería cruzarse. Las hemos integrado en nuestra vida cotidiana y sabemos que dividen un espacio de otro: en uno existe la amenaza del peligro, mientras que en el otro nos encontramos seguros.
En el sistema internacional, las líneas rojas —al igual que las fronteras— también existen. Son una combinación de lo imaginario y lo real; por ello, se presentan como límites difusos, maleables y poco estables. Para algunos, la tentación de cruzarlas se justifica por el ejercicio del poder, que los incita a ignorarlas y a probarse indestructibles ante la amenaza que se encuentra del otro lado. Para otros, en cambio, cruzarlas puede resultar imperativo para salvar sus vidas, aun sabiendo que el costo puede ser mortal.
Quizá el fenómeno contemporáneo que mejor representa este ejercicio del poder sea el acoso constante de Israel a distintas naciones de Asia Occidental. Un ejemplo reciente es el ataque a Doha, capital de Qatar, que puede entenderse como otra línea roja cruzada por el Estado sionista en su afán de conquista y reconfiguración de la región bajo términos totalmente favorables para sus intereses.
Desde hace más de setenta años, Israel ha cruzado y rediseñado fronteras. Ha ocupado territorios palestinos, sirios, libaneses y egipcios, violando líneas demarcadas por el Derecho Internacional que buscan salvaguardar la soberanía de los Estados independientes. Sin embargo, más allá de las disputas territoriales, Israel ha recurrido a otros mecanismos para transgredir aún más líneas rojas. Uno de ellos es el genocidio, empleado como herramienta de destrucción del espacio, la cultura, el idioma y los lazos familiares, ejecutado a través de la deshumanización como medio para borrar, colonizar y pulverizar la vida en toda su extensión.
De acuerdo con académicos como Raz Segal, profesor de estudios sobre el Holocausto y el genocidio en la Universidad de Stockton, Nueva Jersey, los actos cometidos por Israel en Gaza constituyen un “clásico caso de genocidio” (Segal, 2023). Tal como se expone en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (CPPCG), aprobada por la ONU en diciembre de 1948, el genocidio se define a partir de dos elementos principales: uno mental y otro físico.

WARART, Collage, E. (2025)
Desde los primeros días de su existencia como Estado, Israel ha cruzado infinitas líneas rojas; las más recientes obedecen a una clara intención colonialista, en la que la destrucción y la ocupación funcionan como herramientas para instaurar el proyecto del “Gran Israel”.
El elemento mental se refiere a la “intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”. Si observamos lo ocurrido desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre de 2023, resulta evidente el lenguaje deshumanizante utilizado por altos mandos israelíes y replicado por amplios sectores de la sociedad. El entonces ministro de Defensa Yoav Gallant lo expresó con claridad el 9 de octubre del mismo año: “Estamos imponiendo un asedio total a Gaza. Sin electricidad, sin alimentos, sin agua, sin combustible. Todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuaremos en consecuencia” (MEE, 2023).
El elemento físico señalado por la CPPCG comprende cinco actos clave: (1) matar miembros del grupo; (2) causar un daño físico o mental grave a sus integrantes; (3) someter deliberadamente al grupo a condiciones de vida orientadas a su destrucción física total o parcial; (4) imponer medidas destinadas a impedir nacimientos dentro del grupo; y (5) trasladar por la fuerza a niños del grupo a otro (Naciones Unidas, 2025).
Hasta el día en que se escriben estas líneas, Israel ha cometido de manera explícita tres de estos actos contra la población gazatí. Según diversos medios internacionales, como Los Angeles Times (2025), la cifra de muertos en Gaza supera los 64,000.
Además, en agosto, el Canal 13 de Israel dio a conocer la filtración de la minuta de la reunión del 1 de marzo del gabinete israelí. En ella se reveló que Israel decidió matar de hambre al pueblo de Gaza como estrategia de guerra y para sabotear un posible acuerdo de alto el fuego (Truthout, 2025). A su vez, el ministro Benjamín Netanyahu rechazó múltiples propuestas que habrían asegurado la liberación de los cautivos israelíes restantes durante el alto el fuego entre enero y marzo de 2025. Según la filtración, Netanyahu decidió romper el alto el fuego y cortar toda ayuda a Gaza para “obligar a Hamás a rendirse” (Truthout, 2025).
El 22 de agosto del año en curso, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente la hambruna en Gaza. Esto implica que se han superado tres umbrales críticos: privación extrema de alimentos, desnutrición aguda y muertes por inanición (Noticias ONU, 2025). Se prevé también que, para finales de septiembre, más de 640,000 personas enfrenten niveles catastróficos de inseguridad alimentaria. Los datos recabados muestran que, en efecto, la administración israelí no ha tenido reparo en cometer actos genocidas contra la población gazatí.

FINDELHOMO, Collage, E. (2025)
Desde los primeros días de su existencia como Estado, Israel ha cruzado infinitas líneas rojas; las más recientes obedecen a una clara intención colonialista, en la que la destrucción y la ocupación funcionan como herramientas para instaurar el proyecto del “Gran Israel”. A nivel regional e internacional, el Estado israelí ha transgredido, sin remordimiento alguno, otras líneas rojas. La última fue el ataque en Doha, capital de Qatar, donde volvió a demostrar que tales límites son, para él, enteramente imaginarios y que no tiene la menor intención de respetarlos.
El proyecto del “Gran Israel” no se detiene en asesinatos, ataques, bombardeos y genocidio: busca sembrar conflictos dentro de cada país árabe y entre sus poblaciones. Netanyahu ha logrado someter a diversas administraciones estadounidenses a sus cálculos, estrategias y cinismo.
El ataque a líderes de Hamás reunidos en Doha implica no sólo la violación de la soberanía del Estado de Qatar, sino también un atentado contra su papel como mediador en la guerra en Gaza. Representa, además, un nuevo esfuerzo por expandirse en términos de seguridad y reconfigurar los parámetros políticos, económicos y culturales de la región.
Si bien Israel nunca ha abandonado su proyecto expansionista, ahora aspira a consolidarse como un Estado colonial en el sentido clásico: similar a aquellos de finales del siglo XIX basados en la hegemonía militar, la adquisición de tierras y recursos, y la manipulación o destrucción de las etnias, sectas y grupos de la región. Busca imponerse mediante la fuerza, la intimidación y la profanación. Este proyecto no pretende detenerse en las fronteras de Gaza o Cisjordania, ni en las del Líbano y Siria; Israel manifiesta la clara intención de extender su influencia a todo el mundo árabe.
Lo que Israel busca es forzar la rendición, no sólo de Hamás, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) o la Autoridad Palestina, sino incluso de los propios Estados Unidos. Aspira también a la rendición completa de los países árabes y pretende determinar las políticas y estrategias mediante las cuales estos administran su riqueza. El proyecto del “Gran Israel” no se detiene en asesinatos, ataques, bombardeos y genocidio: busca sembrar conflictos dentro de cada país árabe y entre sus poblaciones. Netanyahu ha logrado someter a diversas administraciones estadounidenses a sus cálculos, estrategias y cinismo.
La destrucción del espacio-tiempo a través de su primera arma de guerra —la deshumanización— ha sido efectiva desde el momento en que se normalizó la viralización en redes sociales de asesinatos y de la devastación material de Gaza y su población. Hemos tolerado la deshumanización, acostumbrándonos a presenciar la reproducción del genocidio en vivo.
Se han cruzado tantas líneas rojas que difícilmente habrá retorno. La destrucción de la vida y de la psique carece de reparación en un mundo donde la violencia se ha convertido en un producto consumible, inmediato y cotidiano. Es imperativo reconstruirnos como especie para recordar que la humanidad perdida en las guerras puede y debe seguir existiendo como principio ético. Sólo así podremos ganar esta guerra como comunidad internacional.
BIBLIOGRAFÍA
Hayem al-Jat, (2025). حرب إسرائيل على المنطقة: ضربُ الجغرافيا والممرّات والمكوّنات. La guerra de Israel en la región: Ataques a la geografía, los pasajes y los componentes. Recuperado de https://mideastwire-com.biblioteca-colmex.idm.oclc.org/page/article.php?id=87098
Hearst, David. (2025) Netanyahu is on a mission to seize the Middle East. Will anyone stop him?. Recuperado de https://www.middleeasteye.net/opinion/Netanyahu-mission-seize-the-middle-east-will-anyone-stop-him
Middle East Eye. (2023, 9 de octubre). ‘We are fighting human animals’, Israeli defence minister says. Middle East Eye. Recuperado de https://www.middleeasteye.net/news/israel-palestine-war-fighting-human-animals-defence-minister
Muaddi, Qassam. (2025). Leaked Transcript Confirms Netanyahu Chose to Starve Gaza as a Method of War. Recuperado de https://truthout.org/articles/leaked-transcript-confirms-netanyahu-chose-to-starve-gaza-as-a-method-of-war/
Noticias ONU. (2025). La ONU declara la hambruna en Gaza, asegura que es un fracaso de la humanidad y un crimen de guerra. Recuperado de https://news.un.org/es/story/2025/08/1540356
Segal, Raz. (2023). A Textbook Case of Genocide. Israel has been explicit about what it’s carrying out in Gaza. Why isn’t the world listening?. Recuperado de https://jewishcurrents.org/a-textbook-case-of-genocide
Shurafa, Wafaa & Chehayeb Kareem. (2025). Cifra de muertos palestinos supera los 64.000. Recuperado de https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2025-09-05/cifra-de-muertos-palestinos-supera-los-64-000
United Nations. (2025). Definitions of Genocide and Related Crimes. Recuperado de https://www.un.org/en/genocide-prevention/definition
María Cristina Cardeño Gama es licenciada en Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey y Maestra en Estudios de Asia y África con especialidad en Medio Oriente y Norte de África por El Colegio de México. Actualmente es catedrática en el Tec de Monterrey y trabaja en la Cátedra José S. Helú de Lengua y Cultura Árabes de El Colegio de México. Asimismo, ha participado en el Espacio Cultural San Lázaro de la Cámara de Diputados para dialogar sobre el conflicto palestino-israelí. También es miembro del Programa de Jóvenes COMEXI y ha publicado artículos y ha dado entrevistas sobre la guerra en Gaza en espacios como El Heraldo, Foreign Affairs Latinoamérica y CNN en español.







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