5R FRENTE AL ESPEJO DE LA MIGRACIÓN
- Analoy Lafargue Cau
- 10 mar
- 17 Min. de lectura
Desafíos ante la tensa cordialidad

5R, Collage. E (2024).
Ejercer el pensamiento crítico, a unos, nos privilegia al no aceptar la realidad como algo dado, a identificar valores sesgados, o bien, analizar problemáticas de la cotidianidad, si de encontrar soluciones para una comunicación asertiva o intercultural se trata.
Vivir en un mundo altamente mediatizado, donde la posverdad está presente no sólo en las plataformas digitales, supone un gran desafío. En consecuencia, ejercer el pensamiento crítico, a unos, nos privilegia al no aceptar la realidad como algo dado, a identificar valores sesgados, o bien, analizar problemáticas de la cotidianidad, si de encontrar soluciones para una comunicación asertiva o intercultural se trata. A otros, los arrastra hacia las narrativas que hacen posible la exacerbación de discursos de odio, alteración de la realidad, o bien a la escenificación de un performance teatral, utilizando herramientas de luchas legítimas que puedan dar sostén a un espectáculo altamente posible en la sociedad contemporánea que nos ha tocado vivir.
Ante el espejo de la migración, donde la vulnerabilidad puede aumentar o disminuir en relación con la persona significante, el posicionamiento, la reflexión o la consecuencia tendrá mayor o menor relevancia. Pues, en las dinámicas relacionales que de la migración emanan, están en perspectiva tanto valores culturales de la sociedad a la que se llega, como la tradición histórico-cultural que lleva consigo la persona migrante. Perder de vista la complejidad del proceso migratorio, en ambos sentidos, puede generar sucesivos conflictos. Éstos, atravesados por la posverdad, perjudican a quienes viven de golpe experiencias de desarraigo emocional y de incertidumbre en un mundo que le es ajeno de múltiples maneras.
En este sentido, es oportuno realizar el análisis crítico de la realidad, en el contexto de la sociedad mexicana, a partir de la experiencia personal que motiva la escritura de esta reflexión. Sentipensar desde mi lugar y espacio de enunciación, como mujer y madre negra, cubana, caribeña y latinoamericana, filósofa marxista-leninista como disciplina de formación, feminista antirracista en trayectoria descolonial, interseccional y geopolítica, proveniente de una condición social de pueblo y situada en una institución académica de élite como lo es El Colegio de México, supone grandes demandas. Ante todo, ser consciente de la urgencia de salir de mi zona de confort; así como, afrontar los desafíos que impone el espejo de la migración, en un ambiente social de tensa cordialidad —en este trabajo pretendo una aproximación al término, el cual fue enunciado por una compañera colombiana y que nace del diálogo entre compañeros migrantes al reflexionar sobre la manera en que se dan las relaciones interpersonales en Ciudad de México—, inherente a lo que considero parte del código cultural mexicano. (Antropomedia, 2021)
Me atrevo a hablar desde la experiencia personal en aras de realizar el ejercicio de humanización de la ciencia e intentar superar el universalismo discursivo (Braidotti, 2013), que se propicia al analizar las condiciones de posibilidad de situaciones que acontecen en la vida cotidiana. En cierto sentido es el reflejo de un multipropósito dirigido hacia diversas direcciones que se interconectan y presuponen. En primera instancia, está en relación con la premisa epistémica de no perder de vista el carácter dialógico con los distintos enfoques teóricos que les otorgan contenido y significado a las “epistemologías del sur”. (De Souza, 2009)
Otra intención es desafiar la falsa neutralidad científica (Angone, 2024) que exige una objetividad inexistente, cuando desde el propio momento de selección de un tema está presente la subjetividad del autor, por la experticia acumulada y los intrínsecos intereses políticos que a veces se esconden detrás de un objeto de estudio. Y, también, por ser una vía de reflexión que me acerca en primera persona a la problemática de estudio que guiará los próximos años de investigación. Es decir, Migritude, epistemologías del cimarronaje y geopolítica feminista afrodiaspórica.
En otras palabras, esta reflexión forma parte del análisis de sentir en la piel el reflejo de las desigualdades sociales, económicas y políticas en interconexión con el mundo; lo cual permite generar mayor empatía y acercarme a una mejor comprensión de la multiplicidad de historias conocidas a través de los diferentes medios de comunicación. Es, en síntesis, un acto humanizador del que podemos ser conscientes a través del ejercicio crítico del acto de pensar, y de pensar dialógicamente desde otra racionalidad.
En última instancia, no menos importante, puede servir como ejercicio terapéutico en la medida que se puede aprender de lo vivido y aprehender la enseñanza que inevitablemente incorporamos de la praxis cotidiana. Además, se trata también de intentar sanar y seguir hacia adelante en aras de alcanzar el objetivo por el cual se impuso la salida de la zona de confort. Ello implica adentrarse, no sólo en un mundo nuevo por descubrir, compartir, construir, sino también en un camino inimaginado libre de violencias.
¿Será que la emergencia de conflictos se gesta en un ambiente de tensa cordialidad, coadyuvado por la ausencia de diálogo intercultural efectivo?
Es por ello que planteo las 5R; equivalentes a una tradición histórica de lucha de mi país de origen, que a la vez es parte de la experiencia compartida por los pueblos caribeños, africanos y latinoamericanos con raíces ancestrales particulares, desde donde me posiciono epistémicamente. Se trata de una historia de resistencia, rebeldía, revolución, resiliencia y reinvención que cobra un sentido relativamente diferente ante el espejo de la migración. Entendiendo por ello reflejo de desigualdades de todo tipo, discriminación, violencia, opresión, así como oportunidades a distintos niveles. Es verlo ante la lente de los desafíos que surgen de las percepciones y estereotipos en torno a una imagen simbólica que se construye del otro desconocido, que permite establecer interconexión planetaria por un lado, y, por el otro, realizar un ejercicio de introspección en función de los valores y responsabilidades de cada persona humana que habita este mundo globalizado.
En consecuencia, el objetivo planteado es el de valorar críticamente cómo se posicionan las 5R frente al espejo de la migración, en un contexto en que la tensa cordialidad produce un escenario complejo de hostilidad para personas que no comparten un mismo código cultural al mantener relaciones interpersonales. Reflexionar sobre mi experiencia particular en el Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México no es casual. Un grupo de estudiantes extranjeros hemos podido constatar que no se trata de hechos meramente aislados.
Ya son varias las generaciones en las que en los conflictos desatados entre estudiantes hay una persona extranjera implicada que termina siendo afectada en múltiples direcciones. El sólo hecho de ir tras sueños y nuevas oportunidades siendo una persona racializada en un contexto de tensión propicia aún más el cuestionamiento de su lugar en la academia. No obstante, el llamado de atención es a no buscar un patrón recurrente y analizar cada caso en sus propios términos, lo cual es válido, pero que suceda una y otra vez no es poco desestimable.
¿Será que la emergencia de conflictos se gesta en un ambiente de tensa cordialidad, coadyuvado por la ausencia de diálogo intercultural efectivo? Es una cuestión paradójica cuando se trata de un Centro de Estudios que por su naturaleza es el que más extranjeros recibe en cada promoción en relación con otros centros de esta magna institución. Sin embargo, es un ambiente propicio para que acontezcan situaciones de enfrentamiento, desacuerdo o disputa por intereses divergentes, falta de comunicación o acumulación de frustraciones.
Todo ello en un ambiente aparentemente armónico, con muestra de “amabilidad” y “respeto”, pero con alta dosis de tensión o desconfianza que no tarda mucho en estallar. En consecuencia, la pregunta que guía esta apuesta discursiva es: ¿De qué manera la tensa cordialidad en el espacio institucional de El Colegio de México, que puede enmascarar dinámicas de poder profundamente desiguales e impone un código cultural divergente al sistema de valores de las personas extranjeras, condiciona un posicionamiento político, expresado a través de la narrativa estratégica de las 5R, frente al espejo de la migración?
Como cubana de formación marxista, caribeña y feminista descolonial mi posicionamiento político inmediato es no ser leída como mexicana.
Para ello, se considera que la racionalidad hermenéutica (Cisterna, 2005) es una herramienta teórica-metodológica de gran utilidad por su fundamentación en el interés emancipatorio y la inclusión dialógica de la subjetividad, en relación con el rigor y calidad de la interpretación y transmisión de conocimiento. Por otra parte, el diálogo intercultural es fundamental. Parafraseando a Fornet-Betancourt y a Maryse Condé, se entiende como un instrumento teórico que permite la comunicación y el intercambio desde referentes culturales diversos, necesario para construir el presente, donde el imperativo sea el respeto a la diferencia/alteridad. Es decir, a las identidades personales y singulares, como resultado de una historia, una experiencia, de un camino personal que nadie tiene el derecho de juzgar (Lafargue, 2020, 12).
De igual modo, dialogar con otras perspectivas teóricas permite visibilizar aquello que no se muestra a simple vista (de la obra “El Principito” hemos logrado incorporar enseñanzas en cada nivel de lectura, de las más conocidas es oportuno rescatar en este caso que “lo esencial es invisible a los ojos”). Entre ellas, la colonialidad del poder (Quijano 2000) que perdura en las estructuras sociales, económicas y políticas del capitalismo moderno, sustentada en la idea de raza. El planteamiento de Grosfoguel (2002) sobre el sistema heterárquico como muestra de que en la incorporación de experiencias periféricas no existe una sola lógica que determine el ejercicio del poder en el mundo globalizado, sino que está constituido por jerarquías y discursos homofóbicos, sexistas y racistas. Y, la noción de personalidad colonialista (González, 2006), entendida como la mentalidad transmitida por la educación y la cultura como herencia de la conquista, y la manifestación del colonialismo interno persistente en sociedades modernas no occidentales, la cual por tendencia deshumaniza al otro que por su origen, raza o cultura se le considera inferior y hasta cierto sentido, no como un ser humano con dignidad y derechos.
Estas unidades conceptuales se enfocan en casos de estudios específicos. Sin embargo, posibilitan el marco de análisis en otras dimensiones políticas. De igual manera, se tendrá en cuenta el debate en torno a la invención de caníbal (Jáuregui, 2005), el espectáculo de la exclusión y obscenidad de la inclusión (De Genova, 2015), la deshumanización motivadora (Savage, 2013) y la deshumanización mediática (Tutkal, 2022). De manera general, ofrecen un análisis transversal acerca de cómo la racialización continúa operando en la contemporaneidad. Además, posibilitan un marco teórico para abordar la experiencia migrante en un escenario en el que las oportunidades son limitadas y las diferencias acentuadas.
El caso de discusión es complejo por la propia naturaleza en el que emerge, lo que implica y requiere que se asuma la responsabilidad que corresponde a cada actor dentro de la escena. No obstante, constituye un ejemplo revelador de cómo funcionan las estructuras que se alinean desde el privilegio a la colonialidad contemporánea en sus distintas expresiones. Erróneamente, hay un modo de actuación que sin cuestionamiento se posiciona del lado de la víctima sin tener en cuenta las condiciones objetivas y subjetivas que conducen determinada manera de proceder. Esto llama la atención en la medida en que se banaliza una lucha legítima que ha experimentado y continúa experimentando la pérdida de vidas humanas en manos de quiénes se creen con el poder para ello. Concretamente me refiero a la lucha feminista que ha potencializado el lugar de la víctima en la resolución de conflictos donde se constata cualquier tipo de violencia, sobre todo aquellas basadas en género. Esto ha dado pie a que se sostenga la credibilidad de la víctima sin investigar más allá de lo que se quiere visibilizar. Y es por ello que determinadas personas, con pleno conocimiento de cómo se llevan a cabo determinados protocolos, lo utilizan a su favor, sin importar las implicaciones que puede tener para una lucha histórica y legítima.
Hago referencia a la atención al acto deliberado de denunciar. De ello se reconoce la agencia que va dirigida a la salvaguarda de la dignidad como persona humana. Lo criticable —en sentido kantiano, es decir, análisis de las condiciones de posibilidad de un hecho, fenómeno o situación de la realidad— es el carácter vengativo de la denuncia que lo distancia del ejercicio de la justicia, dada la astucia en el manejo de la información para otorgarle credibilidad a su historia. No se tiene que hacer mucho esfuerzo en ello; ya que las condiciones institucionales están dadas para que se den narrativas de esta naturaleza, y mediante la estructura de privilegio se instrumentalicen las normas sociales para silenciar a las voces disidentes. Asimismo, es criticable la alta dosis de misoginia, clasismo y racismo invisibilizado por quienes intentaron mediar en la resolución de dicho conflicto.
Lo pienso y lo medito, una y otra vez, y aun no me explico racionalmente cómo llegó a esta situación, cuando desde la diplomacia y la praxis intercultural busqué la mediación. Sin embargo, en un contexto concreto, el foco de atención fue puesto sobre la vigilancia del tono de voz, razón suficiente para merecer el título de “agresiva y violenta”. Al respecto, este acto Bybee (2016) lo entiende como una forma de "hipocresía" que a las personas con poder les permite mantener el control y evitar tener que lidiar con las críticas o las protestas. Es relevante en la medida que brinda la posibilidad de comprender cómo las normas de comportamiento social pueden ser utilizadas para silenciar a quienes desafían el poder y la injusticia. La autora llega a esta tesis luego de analizar las repercusiones contra las feministas que denuncian el sexismo, contra los manifestantes de Black Lives Matter (30) o en el caso de Steven Salaita (31). Desde otro punto de vista, es una muestra de lo que esconde la violencia política, a menor escala, ejercida contra las lenguas y sus hablantes (Hassanpour, 2000); y evidencia una de las tantas formas de morir en este mundo contemporáneo. (Mbembe, 2011)
Como cubana de formación marxista, caribeña y feminista descolonial mi posicionamiento político inmediato es no ser leída como mexicana. En gran medida pude comprender la diferencia abismal entre un objeto de estudio y el hecho de vivir la experiencia narrada por otros en carne propia. El estudio de las obras “Une tempête: d’après La Tempête de Shakespeare - Adaptation pour un théâtre negre” (1969) de Aimé Césaire y “Histoire de la femme cannibale” (2010) de Maryse Condé, en torno a la comprensión de la imagen simbólica de Calibán y su anagrama de mujer caníbal, adquiere una nueva dimensión interpretativa que me hizo reflexionar y plantearme la noción de las 5R para otorgarle un significado a la experiencia que estaba viviendo, apelando al sentido de la identidad, pero también reflexionando en cómo se expresa la colonialidad en la vida cotidiana.
Lejos de lo que muchas veces se espera que suceda, esta experiencia no ha hecho más que reforzar mi identidad, la cual no se sustenta sólo con el color de mi piel. Expresar mi sentir, es también parte de la ecuación identitaria.
Incluso me hizo pensar en el mito de la Modernidad planteado por Dussel, que prioriza el sustento de unos valores culturales por encima de otros. Ahí comprendí varias cosas, las cuales condujeron a la presente reflexión, un poco desde la distancia del acontecimiento. De esta manera fui consciente del impacto que tiene la migración en la modificación de actitudes políticas que en un inicio no se asumen. Este es el punto de partida para analizar las narrativas epistémicas de escritoras africanas que emergen en un contexto de migritude (Malonga 2006, Patel 2010 en Qadir 2018, Ali 2019, Kosma 2022) al dialogar con los retos que impone el choque cultural.
Volviendo al análisis: ¿Por qué mantener la lógica de Calibán de asimilación-simulación cuando el símbolo de mujer caníbal me conduce por otra dirección? Para responder esta interrogante realicé un viaje introspectivo a mi pasado ancestral en diálogo intercultural con la sociedad con la que comparto este momento de mi formación profesional. A través de la lectura de Dussel (1994), identificar a Hatuey como un símbolo de la resistencia y rebeldía que caracteriza al pueblo cubano fue revelador. En contraposición con Cuauhtémoc, Hatuey me brinda una narrativa diferente frente al poder colonial. Aunque ambos personajes de la historia compartieron experiencias comunes, la respuesta ante el dominio del opresor no fue la misma.
Este pasaje es sólo una muestra de la importancia de la comunicación intercultural que, si bien no da la fórmula para evitar y resolver los conflictos, sí ofrece un marco de entendimiento para comprender las relaciones entre culturas, fomenta la comprensión mutua y posibilita la construcción de puentes relacionales en términos consensuados. Si bien es cierto que el hecho de estar en México no me obliga a aceptar un código cultural que no corresponde a mi pasado histórico social y familiar, lo anterior tampoco implica que mi modo de relacionarme se sustente en la falta de respeto al otro.
Como cubana el tono de voz se modifica en correspondencia con la emoción que suscite el momento. En el análisis crítico que se realiza es importante reconocer la agencia de la cultura mexicana ancestral, pero ello no significa que deba asimilarlo como parte de mi ser en lo cotidiano. Lejos de lo que muchas veces se espera que suceda, esta experiencia no ha hecho más que reforzar mi identidad, la cual no se sustenta sólo con el color de mi piel. Expresar mi sentir, es también parte de la ecuación identitaria.
Por ello, mi descontento con el proceso de una clase, abiertamente opresiva en cuanto al abuso de poder, fue manipulado para transmitir por medio del espectáculo de la exclusión (De Genova) una imagen de agresividad y violencia para justificar la denuncia en mi contra, aprovechando la vulnerabilidad como extranjera, lo que limita el rango de acción. A la vez, recuerda la condición de desventaja por medio de la “obscenidad de la inclusión” y la necesidad de sometimiento a un código cultural socialmente compartido por la institución que otorga la oportunidad de estar, sin pertenecer, por el simple propósito de cumplir con las cuotas de la diversidad. (García, 2023)
A ello siguió la construcción de la narrativa de la invención del caníbal, planteado por Jáuregui como atribución de todo un estereotipo negativo (61), sostenido no sólo desde mi origen cultural, sino también desde mi condición de mujer negra, que representaba un peligro para las personas blancas en su exacerbado personaje de víctimas. El espectáculo fronterizo del que habla De Genova lo analizo acá en la diferencia cultural que se da entre las personas nativas y las extranjeras que, además, se reafirma con el accionar de las autoridades al responder a favor de los intereses institucionales y nacionalistas; sin cuestionar aquello que debe ser desterrado de la academia, en correspondencia con la responsabilidad social que le corresponde al profesional de la misma (Kuokkanen, 2008), en aras de que realmente se presente como un espacio seguro para todxs como refiere en sus principios. Lo cierto es que muchas veces, erróneamente, la praxis se distancia de lo teórico.
La tensa cordialidad, lejos de ser un fenómeno aislado, representa un desafío para la construcción de sociedades verdaderamente inclusivas; un desafío que requiere una respuesta colectiva y comprometida.
En tales condiciones, a la personalidad colonialista sustentada por un sistema de poder que se reproduce a través de la cultura, las instituciones y las relaciones sociales, se le hace fácil reproducir la deshumanización motivadora y mediática. Salvando las distancias con el objeto de estudio del análisis de Savage, se entiende desde el sentido de no merecer la misma consideración moral, motivando el descrédito ante el peligro percibido y reforzado por la narrativa occidental, en relación opuesta de in-group vs out-group, que al deshumanizar por motivación se vuelve más fácil de fundamentar, a través del rumor u otras estrategias discursivas.
Por otro lado, Tutkal (2022) lo analiza como una herramienta para debilitar la resistencia de grupos marginados con el propósito de mantener el aislamiento, el silenciamiento y el control, mediante la deshumanización mediática. Ante ello, emergió un esfuerzo por resistir a través de la reivindicación de la propia cultura en la lucha política por el reconocimiento de mis derechos. Se presentó con fuerza la necesidad de reinvención de la identidad y formas de vida, desde lo fluido y multifacético, apelando a la reinvención de la subjetividad (Braidotti) como narrativa contrahegemónica que desafía el discurso dado como legítimo.
Es decir, desde las enseñanzas ancestrales reinventar otras maneras de expresar la identidad cultural así como buscar nuevas formas de pertenecer y explorar otras alternativas a los modelos de desarrollo que se imponen en la colonialidad del poder, que ha permeado no sólo en el Estado-nación, sino también en las instituciones, la cultura, el conocimiento, las relaciones interpersonales en función de la clase social, el género, la raza y otras identidades, en correspondencia con la dominación epistémica según valores occidentales, creando estructuras de poder que siguen perpetuando la desigualdad y la discriminación. Se trata de estrategias de resiliencia, que resignifican la cuestión identitaria, la cultura y la lucha por la justicia, que además posibilitan la reflexión sobre la importancia de las redes de apoyo. En contexto de migración no queda otra opción que las plataformas digitales para encontrar sostén en la familia, amigos, compañeros de lucha que se encuentran en otras latitudes planetarias.
De todo esto prefiero quedarme con las enseñanzas que quedan de la experiencia, que en cierta medida me entrenan para no perder de vista la interrelación de los sistemas de opresión (patriarcado, capitalismo y colonialismo), así como la derivación de la historia colonial que se mantiene en el presente, a través de la tensa cordialidad, la colonialidad en sus manifestaciones, la deshumanización motivadora y mediática, y en la invención de la narrativa de caníbal. Analizarlo desde el prisma central de la migración permite entender por qué los migrantes desafían los excesivos mecanismos de control y vigilancia, determinadas ideas dominantes sobre el progreso, la civilización y la identidad, y logran reinventarse en un contexto cada vez más relacional y en constante movimiento.
Ello evidencia la necesidad de ir más allá de una simple lectura de victimización y de culpabilidad. La experiencia de las 5R, lejos de ser una simple respuesta a la adversidad, se configura como una estrategia identitaria frente a las estructuras de poder que reproducen las diferencias. Las implicaciones de este estudio trascienden el caso específico, apuntando a la necesidad de una profunda revisión de las políticas institucionales que promuevan la verdadera inclusión intercultural, aun cuando en la práctica no deja de ser una actividad humana compleja. Por esta razón se requiere una capacitación colectiva en temas de estética intercultural en donde es fundamental un diálogo abierto y crítico en torno a las dinámicas de poder que operan en la academia, cuestionando la neutralidad y promoviendo la justicia social.
Aun con las limitaciones que pueda tener este texto, distante de ser considerado un ataque, puede ser la base para una reflexión más amplia en todo sentido, en beneficio del mejoramiento humano y de las academias que son resultado justamente de la acción humana. Una investigación futura debería profundizar en las experiencias de otros estudiantes migrantes en contextos similares, explorando la diversidad de estrategias de resistencia y las formas en que se negocia la identidad en espacios interculturales. La tensa cordialidad, lejos de ser un fenómeno aislado, representa un desafío para la construcción de sociedades verdaderamente inclusivas; un desafío que requiere una respuesta colectiva y comprometida. En la que el análisis crítico no debe ser asumido sólo como una habilidad del pensamiento lógico, sino como parte de un estilo de vida, que debe ser empleado cada vez más en la cotidianidad local, nacional, regional e internacional de la que somos parte.
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Analoy Lafargue Cau, licenciada en Filosofía Marxista-Leninista por la Universidad de la Habana, maestrante en estudios de Asia y África, cuyas principales líneas de investigación se centran en el pensamiento social caribeño y africano.
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